Es
necesario, para que se formen nubes, que el vapor de agua de la atmósfera se
transforme en gotitas de agua o en cristales de hielo. Sin embargo, estas
partículas nubosas deben adquirir mayor masa para que se produzcan
precipitaciones.
Tamaño
de las gotitas nubosas
Lo
determinación del tamaño de las gotitas de agua de las nubes ha sido objeto de
importantes esfuerzos de investigación. La mayor parte de las experiencias de
medida han sido hechas desde aviones, pero determinados estudios se han
realizado en montaña.
Los tamaños
de las gotitas, medidos en diferentes partes del mundo, son muy variables.
Estas gotitas se forman alrededor de núcleos de condensación de dimensiones,
naturaleza y concentración variables.
Las
partículas en suspensión en la atmósfera se clasifican frecuentemente en
función de sus dimensiones:
A) núcleos de aitken (< 0,1 μ);
B) grandes núcleos (0,1 - 1,0 μ);
C) núcleos gigantes (> l μ ).
Las cifras
entre paréntesis indican los límites aproximados de los radios de los núcleos.
La mayor
parte de los núcleos de aitken son muy pequeños y exigen una sobresaturación
importante para llegar a ser activos en la condensación. En la atmósfera son,
pues, los grandes núcleos y los núcleos gigantes los que se apoderan antes del
vapor de agua disponible. Los grandes núcleos, mucho más numerosos que los
núcleos gigantes, juegan un papel muy importante en la formación da nubes.
Los gotitas
de agua se reparten el vapor de agua disponible, y de ello resulta que, si es
elevada la concentración de núcleos, las gotitas son más numerosas pero sus
dimensiones medias son menores.
En general,
las mayores concentraciones de núcleos de condensación se producen sobre las
regiones continentales más bien que sobre los océanos. En cambio, las gotitas
de nubes continentales son más pequeñas, sus radios oscilan habitualmente entre
2 μ y 10 μ. Las dimensiones de las gotitas de nubes marítimas se sitúan entre 3
μ y 22 μ de radio.
Sin embargo,
hay a menudo núcleos salinos gigantes que provocan la formación de gotitas de
20 y 30 μ o más. Su concentración no es, normalmente, sino de núcleo por litro
de aire, pero se los encuentro tanto en las nubes marítimas como en las
continentales.
Las gotitas
pueden finalmente alcanzar un tamaño tal que se desprende de las nubes y de las
corrientes ascendentes que las sostienen. Con frecuencia, se hace una
separación arbitraria entre gotitas nubosas y las gotas de lluvia para un radio
de 100 μ. Esta separación, elegida frecuentemente por comodidad, tiene, sin
embargo, una razón de orden físico. La velocidad límite de caída de las gotas
de 100 μ de radio es próxima a 1 ms-2, lo que hace que puedan
desprenderse de las corrientes ascendentes que se encuentran generalmente en
las nubes.