domingo, 20 de octubre de 2013

Trombas


Las trombas se producen sobre el mar y causan importantes daños a los navíos que se encuentran en su camino. Existen dos tipos. Uno de estos se forma a partir de la base de un cumulonimbus. Realmente es un tornado producido sobre el agua. El otro tipo se formo a partir de la superficie del agua y se desarrolla hacia arriba, no está por lo tanto, asociado directamente a ninguna nube. Este segundo tipo es mucho menos violento que el primero. Su actividad es del mismo orden que la de los torbellinos de arena que se forman en los desiertos excesivamente calentados por el sol.



Ya hemos visto que las tormentas locales son a menudo violentas y causan daños importantes. Por lo tanto, es necesario utilizar métodos especiales para detectarlas ya que la presencia de fenómenos de esta escala no se pueden descubrir fácilmente en los mapas sinópticos utilizados habitualmente en los centros meteorológicos. No obstante, estos mapas son muy útiles para determinar la presencia de fenómenos de escala sinóptica, como son las depresiones y los anticiclones. 

lunes, 14 de octubre de 2013

Tornados


Los tornados son las perturbaciones atmosféricas más violentas, y, sin embargo, son demasiado pequeñas para poderlas descubrir en los mapas sinópticos normales. Su diámetro varía desde menos de 100 m hasta 1 km, aproximadamente.

Un tornado resulta siempre de una excesiva inestabilidad de la atmósfera con un gradiente vertical de temperatura muy elevado. También están estrechamente asociados con intensa actividad tormentosa. Su nombre deriva de la palabra española "tronada" que significa tormento.



El tornado se presenta al principio como una nube en forma de columna que se desarrolla a partir de la base de un cumulonimbus. Cuando el extremo de la columna alcanza el suelo produce daños considerables, destruyendo edificios y aspirando residuos y polvo. Los automóviles y los animales pueden ser levantados y arrojados o varios cientos de metros.

La destrucción de los edificios se debe no solamente a los vientos fuertes, sino también a un efecto explosivo. La caída de presión puede exceder de 50 mb en menos de un minuto y la gran diferencia de presión entre el interior del edificio cerrado y el exterior hace el efecto de una explosión, haciendo saltar con violencia hacia el exterior los muros y los techos.



Se observan, por término medio, cerca de 200 tornados por año en los Estados Unidos de América. El valle del misisipí es la región del mundo donde son más frecuentes. Sin embargo, los tornados pueden producirse en todas las regiones de la tierra sobre los continentes y originan daños considerables cuando se producen en regiones habitadas.

jueves, 3 de octubre de 2013

Detección de las tormentas




Las tormentas son fenómenos de escala media y, a menudo, es difícil detectarlas en los mapas sinópticos normales debido a la separación de las estaciones de observación.

Algunas veces, una red de observación más densa en una región limitada, por ejemplo: en las proximidades de un aeropuerto importante, permite, por un análisis más detallado, detectar tormentas locales.

En los últimos años, se utilizan cada vez más equipos electrónicos para localizar las tormentas. Uno de los métodos empleados consiste en determinar la posición de las descargas eléctricas de las tormentas. Como los relámpagos provocan parásitos radioeléctricos, este hecho puede utilizarse a tal fin.

Cuando se produce un relámpago, una parte de su energía se emite en forma de ondas radioeléctricas de baja frecuencia que siguen la curvatura terrestre debilitándose muy lentamente y pueden ser detectadas a millares de kilómetros de distancia.



A los parásitos que resultan de los relámpagos, a menudo, se les llama abreviadamente atmosféricos. El material utilizado para localizar su origen se llama equipo de detección de atmosféricos. Un cierto número de estaciones muy separadas, unidas por teléfono o por radio, determinan simultáneamente la dirección de una misma descarga cuya posición puede así ser calculada por triangulación. Las observaciones de atmosféricos permiten detectar tormentas situadas a dos o tres mil kilómetros sobre los océanos o regiones deshabitadas.

También pueden detectarse tormentas con la ayuda del radar. Un tipo especial de transmisor de radio emite ondas de cierta longitud de onda que son reflejadas, difundidas y absorbidas por las gotas de agua y los cristales de hielo.

Cuando estas partículas tienen dimensiones superiores a cierto límite, parte de la energía puede ser devuelta en dirección al emisor y recibida por una antena receptora. Entonces las señales reflejadas pueden observarse en forma de ecos sobre una pantalla catódica.

Las gotas de lluvia y los cristales de nieve son lo suficientemente grandes paro producir ecos en el radar. Por este procedimiento puede observarse la configuración de los precipitaciones a varios cientos de kilómetros de distancia. Estos ecos de las tormentas tienen forma y evolución características.

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