domingo, 29 de abril de 2012

Condensación, congelación y sublimación




Cuando el aire húmedo se enfría por debajo del punto de rocío, las gotitas de agua se condensan sobre núcleos de condensación contenidos en el aire. Estos núcleos tienen, a veces, una particular afinidad para el agua y entonces se denominan higroscópicos. Los partículas de sal que provienen de los rociones marinos pertenecen a esta categoría y pueden provocar la condensación, antes de que la humedad relativa alcance el 100 por ciento.

Las gotitas de agua no se hielan necesariamente cuando la temperatura desciende par debajo de 0°C sino que pueden permanecer subfundidos o en subfusión. En el caso de las nubes, pueden permanecer en subfusión incluso hasta -20° C. Ocasionalmente se observan gotitas subfundidos hasta a -35°C.

En laboratorio, se ha podido demostrar que es posible enfriar las gotitas de agua hasta -40° C antes de que se congelen. No obstante, la congelación se produce a temperaturas bastante más altas al contacto de sustancias sólidas extrañas o de partículas en suspensión.

En la atmósfera, ciertas partículas en suspensión pueden actuar como núcleos en el proceso de congelación. Una partícula que provoca el crecimiento de un cristal de hielo a su alrededor por congelación de agua subfundida es un núcleo de congelación.

El vapor de agua puede igualmente transformarse directamente en cristales de hielo sin pasar por el estado líquido. Es la sublimación, término que se aplica también para designar lo transformación inversa, es decir de hielo o vapor de agua.

Toda partícula sobre la que se puede formar un cristal de hielo por sublimación es un núcleo de sublimación. A pesar de las numerosas experiencias no se ha logrado demostrar que en lo atmósfera existan núcleos de sublimación distintos de los núcleos de congelación.

Sobre la superficie de un núcleo se forma primeramente una fina película de agua que se congela después. Esta película es tan fina que es muy difícil darse cuenta de la existencia de la gotita de agua y, por lo tanto, parece que todo sucede como si el cristal de hielo se formase directamente a partir del vapor. Así, pues, se utiliza habitualmente en meteorología la expresión general "núcleo de condensación" para todos los núcleos que provocan la formación de hielo.

El hecho tan frecuente de que haya gotitas de agua en las nubes a temperaturas negativas demuestra que los núcleos de congelación son más raros que los núcleos de condensación. Los núcleos que provocan la congelación a temperaturas superiores a -40° C no son las mismas partículas que provocan la condensación del vapor de agua para formar las gotitas que constituyen las nubes.

La mayoría de los núcleos de congelación provienen probablemente del suelo, del que el viento arranca ciertos tipos de partículas. Parece que ciertas partículas arcillosas juegan un papel importante y es probable que la mezcla turbulenta pueda darles una distribución bastante uniforme hasta altitudes elevadas.

Geniales fotografias de mi amigo José Antonio Guardiola @llamp_









Formación y disipación de las nubes



El agua se halla presente en casi todo la atmósfera pero, generalmente, en forma de vapor no perceptible a nuestra vista. Sólo llega a ser visible por la formación de nubes, cuya presencia y forma suministran frecuentemente detalles sobre la evolución del tiempo futuro.

El aire húmedo es una mezcla de aire seco y vapor de agua. La mayoría de las nubes resultan del enfriamiento del aire húmedo. Todos los procesos atmosféricos que provocan enfriamiento del aire pueden ser causa de lo formación de nubes.

miércoles, 18 de abril de 2012

Nivel de condensación de la capa convectiva



El gradiente vertical de temperatura de las capas bajas varía en el curso del día y de la noche y se ha visto cómo puede formarse una inversión de temperatura.

En el curso del día, la radiación solar suministra calor a la superficie terrestre. Este calor es transferido a las capas bajas de la atmósfera tendiendo a aumentar el valor del gradiente vertical de temperatura. Se establecen en estas capas corrientes verticales convectivas y el gradiente toma el valor del enfriamiento adiabático seco.

La imagen representa esta evolución con la formación de una capa de gradiente adiabático seco de espesor creciente.

Puede suceder que, con el aumento de lo temperatura en superficie, el espesor de la capa convectiva sea tal que la condensación se produzca en su parte superior, en a.

El nivel de condensación así definido es el nivel de condensación de la capa convectiva. La temperatura en superficie que le corresponde es la temperatura de formación de los cumulus.


Nivel de condensación de la capa convectiva

En efecto, cuando la temperatura en superficie adquiere este valor y el estrato de gradiente adiabático seco llega hasta el nivel de condensación de la convección se forman cumulus cuya base está próxima a este nivel.

Se ha estudiado la estabilidad estática de la atmósfera y sus relaciones con los movimientos verticales. Esto puede provocar la formación de nubes si el movimiento alcanza el nivel en el que se produce la condensación del vapor de agua.

viernes, 13 de abril de 2012

Las 'apps' que necesitas tener ante un desastre natural


¿Quieres tener información sobre un sismo, un huracán, un tsunami o una erupción? No te preocupes, existe una apppara eso.
Las aplicaciones para desastres naturales utilizan datos de los centros de monitoreo geológico y meteorológico del mundo, para alertar a los usuarios antes del desastre o dar consejos después.
Y con los recientes temblores en México y sus réplicas, más vale estar preparados. Aunque en el país solo existe una app para los sismos cercanos a las costas del estado de Guerrero, hay otras para fenómenos más predecibles, como los huracanes y los tsunamis.
Alerta Sísmica del DF, para Blackberry
Esta aplicación emite una alerta sonora cuando ocurre un sismo similar o mayor a los 6 grados de magnitud en las costas de Guerrero. El objetivo es que recibas el aviso y tengas algunos segundos de ventaja para evacuar las instalaciones donde te encuentres antes de sentir el temblor.
La señal funciona gracias a que la infraestructura de Blackberry está enlazada con el Centro de Instrumentación y Registro Sísmico ubicado en Guerrero, al sur del país.
Antes, solo los ciudadanos que se encontraban en los 300 edificios en el Estado de México y la Ciudad de México con un sistema enlazado a este centro accedían a dicha alarma.
Pero recuerda: solo emite alertas si el sismo es registrado por alguno de los 12 sensores ubicados en las costas de Guerrero. Si el epicentro se ubica en otro punto, como sucedió el pasado 11 de abril en las costas de Michoacán, no te avisará.
Todavía no existe una app similar para otros smartphones, así que si tienes una Blackberry no olvides avisar a los demás.
La puedes descargar en la página del gobierno del Distrito Federal.

Magnitud localizada
¿El sismo fue muy fuerte? ¿Debes tomar precauciones ante réplicas? Aplicaciones como QuakeWatch y Quakes pueden ayudarte.
Ambas poseen un mapa para ubicar los sismos registrados en la última semana, es posible ordenarlos por magnitud, hora o lugar.
Quakes utiliza los datos enviados por el Sistema Geológico de Estados Unidos (USGS). Aunque no alerta por todos los temblores, puede enviar notificaciones de sismos que hayan ocurrido en cualquier parte del mundo. Para limitar el número de alertas recibidas debes consultar los ajustes de tu smartphone.
Con QuakeWatch puedes limitar las alertas según tu ubicación, para que únicamente recibas avisos de los sismos más cercanos y mayores a la magnitud que tu establezcas. Utiliza los servicios sismológicos de Estados Unidos, Europa, Canadá y Australia y tiene un acceso directo a la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) para consultar alertas de tsunami. 
Ambas aplicaciones están disponibles para iPhone, iPad, Android y Blackberry.
Para este último dispositivo también puedes descargar DisasterAlert, ganadora del desafío de desarrolladores Blackberry en 2009. Tiene una lista de erupciones volcánicas, sismos, tsunamis e inundaciones.
¿Hacia dónde van las tormentas?
Por suerte, los huracanes y las tormentas tropicales son predecibles y pueden ser observados desde los satélites.
Con la aplicación Hurricane Expresspara el iPhone, y Storm Watch,para Blackberry, puedes consultar información e imágenes del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC), que vigila el océano Atlántico, el Caribe, el Golfo de México y el Pacífico.
Mientras que la primera ofrece un servicio de noticias, la segunda también envía alertas de tsunamis.
Y si quieres más datos, NOAA Radar US reporta el clima y el progreso de las tormentas tropicales. En esta app puedes consultar las imágenes satelitales de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA).
Por otra parte, Hurricane Forecaster te avisa del riesgo cercano de una tormenta de acuerdo con tu geolocalización. Envía notificaciones cuando ésta se convierte en huracán y advierte de las posibles trayectorias. Utiliza información del NHC.
Números de emergencia y primeros auxilios
Si estás bien después de un accidente o un desastre natural, puedes detectar el estado de salud de las personas a tu alrededor, para informar correctamente a las autoridades.
En caso de que estés cerca de una persona que requiera primeros auxilios, First Aidde la Cruz Roja británica, y Pocket First Aid ofrecen tutoriales y explicaciones paso a paso para reconocer el estado de conciencia, medir el pulso y la respiración. Pocket First Aid fue creada por la Asociación Estadounidense del Corazón.
Aunque tienen gráficos, toma en cuenta que los textos están en inglés. Si no conoces el idioma, te recomendamos no usaralas, para evitar complicaciones.
iEmergencias, para iPhone, es una sencilla y útil aplicación para los usuarios de México. Al ingresar por primera vez solicita el estado donde vives para que después puedas consultar los números telefónicos de la policía, los bomberos y la Cruz Roja locales. Puedes sugerir números al administrador.
¿Tienes conocimientos médicos? La aplicación ACLS Advisor podría ser de gran ayuda para ti. Si te encuentras un caso de intoxicación severa, un paro cardíaco, u otras emergencias cardiovasculares estaapp te ayuda a resolver algunas dudas.


Cuando EE.UU. desafió a los huracanes


Hace 60 años, Estados Unidos miraba hacia arriba.
No sólo quería conquistar el espacio, poniendo a un hombre en la Luna, sino también fenómenos que ocurrían un poco más abajo.
En 1962, lanzó un ambicioso proyecto llamado Stormfury, que intentaba modificar los efectos de los huracanes con medios científicos.
El sueño era poder dominar el clima.

Betsy, errática y poderosa

A finales del verano de 1965, un poderoso huracán llamado Betsy se formó en las cálidas aguas del Caribe.
Con vientos de más de 250 kilómetros por hora, su errático viaje por el mar lo llevaba en dirección a las islas Bahamas y la costa de Florida.
Pero esta vez, según los científicos,existía la posibilidad de controlar el impacto.
Una flota de aviones estaba esperando a Betsy, lista para sembrarla con yoduro de plata, con la esperanza de calmar la furia en el corazón de la tormenta.
A bordo de uno de esos aviones estaba un joven científico llamado Joe Golden, quien -seis décadas más tarde, en conversación con la BBC- recuerda la ansiedad de la espera por la orden de los administradores de NOAA, la administración nacional oceánica y atmosférica, para llevar a cabo la misión.
"Yo me había metido con mi avión en muchas tormentas, pero esa era increíble. Estábamos tan cerca de sembrar esa tormenta, tan listos".
"Era la tormenta perfecta. Las paredes eran sólidas, más de 12 kilómetros de altura nos rodeaban y el sol brillaba. Betsy fue la agonía y el éxtasis. No la pudimos tocar. No nos permitieron sembrarla".
Sembrar huracanes era considerado muy peligroso. La preocupación era que quizás no funcionaría o, peor, que si era efectivo, podría dirigir al huracán hacia áreas densamente pobladas.
Pero en los años '60, la fe en la ciencia era generalizada y a Stormfury se le asignaron recursos para poner a prueba la teoría de que las tormentas tropicales podían ser modificadas.
Se compraron los aviones y se reclutaron jóvenes científicos como Golden, para quien ese era el mejor trabajo del mundo.
"Eramos cinco científicos recién graduados que compartíamos un apartamento en Miami y trabajar en el proyecto Stormfury era lo que todos queríamos hacer... muy excitante".
Los vuelos a los huracanes eran una gran oportunidad científica para recolectar información en cantidades inauditas... además de ser, a los ojos de los jóvenes a cargo, tremendamente divertido.
"Si uno nunca lo ha hecho, la experiencia de volar adentro de un huracán puede ser aterradora. Cuando uno entra, el viento es muy fuerte, la lluvia cae horizontalmente, la visibilidad se reduce: el día se torna en noche. Hay mucha turbulencia, algunos rayos. Pero cuando uno atraviesa la pared del ojo de la tormenta, es sorprendente: suave, si es de día uno puede a menudo ver el sol... es como volar en un enorme anfiteatro. Es verdaderamente asombroso".
La información inicial indicó que Stormfury podría estar funcionando. Parecía que había una reducción en la velocidad del viento en los huracanes que habían sido sembrados.

El trabajo de un meteorólogo: Descubre su rol crucial en la comprensión del clima

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