viernes, 23 de noviembre de 2012

Niebla y neblina




La niebla está generalmente formada por gotitas de agua; pero, en determinadas circunstancias, puede contener cristales de hielo. Se pueden observar "nieblas heladas" en latitudes altas cuando la temperatura es inferior a -20° C, a condición de que el viento sea débil y que la situación sea favorable. En los terrenos elevados, puede considerarse la niebla como una nube al nivel del suelo. Puede ser uno de los tipos de nubes que se forman por ascendencia adiabática.

Sin embargo, en general, la condensación tiene lugar preferentemente por la presencia de una superficie fría subyacente. En este caso, se producen dos tipos distintos de niebla:

A) niebla de radiación, que resulta del enfriamiento del suelo par la radiación nocturna;

B) niebla de advección, provocada por la advección del aire, relativamente cálido, sobre una superficie fría.

Las nieblas de radiación se producen durante una noche despejada. El suelo se enfría por radiación y el aire que está en su contacto se enfría por conducción. Sin embargo, debido a que el aire es mal conductor del calor, el enfriamiento puede limitarse a algunos centímetros de aire sobre el suelo. En estas condiciones puede formarse rocío o escarcha blanca sobre el suelo que está más frío, lo que disminuye el vapor de agua del aire.

No obstante, por poca turbulencia que haya, producirá una mezcla de aire de esta forma, el enfriamiento puede propagarse hasta un espesor mayor. Si la turbulencia es suficiente, pueden formarse stratus.

Con una turbulencia moderada, causada por viento débil, se puede formar niebla. Las condiciones para la formación de niebla son bastante reducidas y a causa de situaciones locales particulares, la niebla se forma más fácilmente en determinados lugares. De una manera general, las condiciones necesarios para la formación de niebla de radiación son: punto de rocío bastante elevado, enfriamiento suficiente durante la noche y ligera turbulencia.

La niebla de advección se forma cuando se desplaza aire hacia regiones oceánicas o terrestres más frías, siendo la temperatura de la superficie inferior al punto de rocío del aire en movimiento. Sobre tierra, el enfriamiento por radiación intensifica los efectos de la advección cuando el aire cálido y húmedo procede del mar. Es lo que podría llamarse niebla de radiación y de advección.

Igualmente la advección es la causa de la formación de nieblas en formo de humaredas en la superficie del mar. No obstante, en este caso el aire frío conducido por advección sobre una superficie de agua más cálida proporciona por evaporación el vapor de agua. El efecto es similar al que se produce en invierno sobre el agua caliente de una bañera.

Esta forma de niebla no implica ningún enfriamiento del aire; por el contrario, experimenta un determinado calentamiento. La niebla resulta de una adición de vapor de agua al aire frío no saturado. Estas nieblas no se producen sino sobre superficies acuáticas en la proximidad de focos de aire frío tales como tierras cubiertas de nieve o bancos de hielo en los mares polares.

Los diversos tipos de nieblas estudiados anteriormente podrían ser considerados como nieblas de masas de aire, ya que resultan del enfriamiento en el interior de una extensa masa de aire más o menos uniforme.

Por el contrario, una niebla frontal resulta de la interacción de dos masas de aire. Puede producirse de dos maneras: una de ellas es consecuencia del descenso de la base de las nubes hasta el suelo, tras el paso de un frente, con más frecuencia sobre las colinas o en montaña que en el llano.

Otro tipo de niebla frontal se origina de la saturación del aire por una lluvia continua. Se puede alcanzar así el punto de rocío sin que el aire de las capas bajas se enfríe. Estas condiciones pueden realizarse en el aire frío antes del paso de un frente cálido. Las nieblas prefrontales asociadas a los frentes cálidos pueden ser muy extensas.

Las nieblas reducen considerablemente la visibilidad y cambian uniformemente todos los colores del espectro de la luz visible. Los procesos físicos que provocan la niebla pueden igualmente producir neblina. En meteorología se considera que se trata de niebla y no de neblina cuando la visibilidad es inferior a 1 km. 

La mayor parte de las nieblas se disipan por turbulencia o por calentamiento. Aunque la turbulencia sea necesaria paro su formación, un aumento de la misma puede disiparlas: el aire más cálido y más seco se mezclo con la niebla y las partículas que la forman se evaporan.

La radiación solar es absorbida por el suelo (y ligeramente por la niebla). El suelo a su vez calienta el aire con el que está en contacto y las partículas que forma la niebla se evaporan.

Sin embargo, es preciso recordar que la superficie superior de la niebla es similar a la de las nubes. Por consiguiente, refleja uno parte de la radiación solar incidente, por lo que reduce la cantidad que llega al suelo. El calentamiento del suelo es entonces bastante inferior a lo que sería con cielo despejado y sin niebla. La niebla tiende, pues, con su sola presencia, a protegerse de su disipación a causa del calentamiento por radiación solar.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Efecto de las precipitaciones




En el caso de precipitaciones, la reducción de la visibilidad puede ser debido, a las gotitas de agua, y a las partículas de hielo. Algunas veces los dos tipos de hidrometeoros se producen simultáneamente.

La visibilidad durante la lluvia depende a la vez de las dimensiones de las gotitas y de su número en un volumen de aire dado. La lluvia débil afecta poco, pero una lluvia moderada reduce, en general, la visibilidad a un valor comprendido entre 3 km y 10 km. Durante fuertes lluvias puede reducirse la visibilidad hasta un valor comprendido entre 50 m y 500 m.

Con llovizna, la visibilidad depende de la intensidad y puede variar desde 200 m hasta menos de 50 m.

La nieve reduce la visibilidad más que la lluvia. En caso de nieve moderada, la visibilidad se reduce habitualmente a menos de 1 km. Con una fuerte nevada, la visibilidad puede variar desde 200 m hasta menos de 50 m.

El viento puede influir en la reducción de la visibilidad levantando la nieve del suelo, sobre todo cuando está seca y en polvo, provocando una ventisca. La reducción de la visibilidad a causa de una ventisca es, pues, más frecuente por la baja temperatura, en las latitudes elevadas.


viernes, 9 de noviembre de 2012

Factores que influyen en la visibilidad




Los principales factores que influyen en la visibilidad meteorológica son los siguientes:
A)
Las precipitaciones;
B)
La niebla y la neblina;
C)
Los raciones arrastrados por el viento;
D)
Las partículas oleaginosos;
E)
El humo;
F)
El polvo y la arena;
G)
Lo sal.


Instrumentos de medida de la visibilidad

Se han construido aparatos para medir la visibilidad, pero no son totalmente exactos. No hay, pues, ventaja en emplear un instrumento para las medidas diurnas, si se dispone de una serie adecuada de puntos de referencia para la observación directa. Por el contrario, los instrumentos de medida de la visibilidad son útiles en las observaciones nocturnas o cuando no se dispone de puntos de referencia, por ejemplo a bordo de barcos.

El trabajo de un meteorólogo: Descubre su rol crucial en la comprensión del clima

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