Para las
observaciones hechas durante el día, se define la visibilidad meteorológica
como la mayor distancia a que puede ser visto e identificado un objeto negro de
dimensiones apropiadas, en el horizonte, sobre el cielo. El objeto debe tener
dimensiones angulares de 0,5 grados por lo menos, horizontal y verticalmente,
sin sobrepasar, en ningún caso, 5 grados en el sentido horizontal.
Se puede
medir una dimensión angular de 0,5 grados con ayuda de una tarjeta perforada
con un agujero de 7,5 mm sostenida en el extremo del brazo. El objeto utilizado
para determinar la visibilidad debe llenar el orificio.
En una
determinada medida, la identificación de un objeto depende del conocimiento,
por parte del observador, del paisaje circundante. Hay que insistir en que la
definición de visibilidad pide que el observador conozca la forma del objetó se
destaca sobre el cielo en el horizonte. No se le exige que sea capaz de
identificar los detalles.
La
definición dada anteriormente no es utilizable por la noche. La visibilidad
nocturna se define como la mayor distancia a que el objeto negro de dimensiones
apropiadas antes citadas podría ser visto e identificado si la iluminación
general se aumentase hasta alcanzar la intensidad normal de la luz diurna.
En la
práctica, los objetos de referencia que más interesan para determinar la
visibilidad nocturna son los focos luminosos no concentrados, de intensidad
moderada, situados a distancias conocidas. Igualmente se pueden utilizar
siluetas de colinas y de montañas que destacan sobre el cielo.
Percibir
luces durante la noche es más difícil que observar objetos sobre el cielo en el
horizonte. La posibilidad de distinguir luces débiles depende de la intensidad
de la luz en la proximidad del observador. Cuando se sale de una habitación
brillantemente iluminada, se debe esperar casi media hora para que los ojos se
acostumbren completamente al ambiente. Por ello es deseable que, de noche, la
observación de la visibilidad se haga al final, después de las demás
observaciones realizadas en el exterior.
En un medio
oscuro, una luz débil se puede percibir con más facilidad cuando el observador
no mira directamente la luz o cuando varía la dirección de su mirada.
El color de
la luz influye igualmente en su percepción. Si la claridad ambiente es débil,
una luz violeta es más difícil de identificar que una roja.
En la
práctica se puede comparar la visibilidad diurna a la de los focos luminosos
durante la noche, de dos maneras:
A)
por la mayor distancia a la que se puede percibir una luz de intensidad igual a
100 bujías;
B)
por la intensidad de un foco luminoso justamente visible y situado a una
distancia determinada.
Se han
trazado tablas que utilizan estas relaciones para permitir evaluar la
visibilidad durante las observaciones nocturnas.
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