Hasta aquí
se ha estudiado la formación de nubes debidas a movimientos verticales
asociados a fenómenos de limitada extensión vertical. Estos movimientos
verticales resultaban de la turbulencia de rozamiento, de la convección local y
de obstáculos orográficos, fenómenos cuya extensión no sobrepasa ordinariamente
algunos kilómetros.
Pueden
resultar asimismo, movimientos verticales de sistemas de considerable
extensión, identificables sobre las cartas sinópticas, tales como las
depresiones y los anticiclones. Los movimientos descendentes lentos y extensos
se producían en los anticiclones. Se denominan subsidencia y se producen cuando
hay convergencia en altitud y divergencia en las capas bajas. El rozamiento es
en parte responsable de cierto flujo hacia el exterior de los anticiclones a
través de las isobaras, en la proximidad de la superficie terrestre.
El proceso
inverso se puede producir en las depresiones. Una divergencia en altitud,
acompañada de una convergencia en las capas bajas, puede provocar la
ascendencia del aire. El rozamiento puede
igualmente producir cierta convergencia de capas bajas provocando en ellas cierto
flujo a través de las isobaras hacia el centro de la depresión.
La
ascendencia en una depresión se distribuye sobre una zona muy extensa y las
velocidades verticales son relativamente pequeñas. No obstante, la ascendencia
puede persistir durante varios días y causar una elevación importante de aire
en varios kilómetros.
Los
movimientos ascendentes lentos y de gran extensión horizontal pueden tener una
marcada influencia sobre el gradiente vertical de temperatura, que aumentará.
El aire
puede también llegar a ser inestable, lo que acentúa el movimiento vertical. La
condensación y la formación de nubes extensas pueden ser la consecuencia de
ello si la humedad del aire es suficiente.
Las montañas
nubosas pueden tener varios kilómetros de espesor. Asimismo, es posible que las
desigualdades en la distribución de la humedad se traduzcan en la formación de
capas nubosas separadas.
Con
frecuencia, la ascendencia de gran extensión horizontal se desencadena
inicialmente debido a una divergencia en la alta troposfera. El flujo
divergente en altitud provoca un descenso de la presión en las capas bajas
próximas a la superficie terrestre, formándose una depresión. La convergencia
se desarrolla, entonces, al nivel del mar y una ascendencia lenta y de gran
extensión horizontal se produce en un gran espesor de la troposfera y, a
continuación, siempre que la humedad sea suficiente, se origina un extenso
desarrollo de nubes.
Las
depresiones y las ascendencias de gran extensión horizontal se producen,
frecuentemente, próximas a una zona frontal, o sea en una región que separa dos
masas de aire extensas cuyas propiedades sean tales que difieran en densidad v
temperatura. Las depresiones asociadas a las zonas frontales se denominan depresiones
frontales.
Con
frecuencia, en una zona frontal existe una variación sensible de la temperatura
en una distancia horizontal de algunas centenas de metros. En cada una de las
masas de aire la temperatura puede ser casi uniforme, pero diferente de la del
aire situado del otro lado de la zona frontal.
A veces se
llama simplemente frente a una zona frontal. No obstante, es preciso aclarar
que no existe en la atmósfera un límite perfectamente definido entre masas de
aire, sino que hay una zona de transición en la que la temperatura varia desde
la de una de las masas de aire hasta la de la otra.
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